Publicado el 11 Sep 2025. Leer este artículo te llevará menos de 10 minutos
El concepto es irresistible: transformar cada ventana de un edificio en una fuente de energía limpia. Las placas solares para ventanas capturan la imaginación prometiendo un futuro donde la fachada de un edificio es su propia central eléctrica.
Sin embargo, en el ámbito de la eficiencia energética y la rentabilidad, la emoción debe equilibrarse con el pragmatismo. En este artículo te explicamos la realidad de esta tecnología, su funcionamiento, ventajas y limitaciones, y si realmente merece la pena invertir en ellas antes que en una instalación de placas solares tradicional.
Las placas solares para ventanas son módulos fotovoltaicos de menor tamaño que los convencionales, adaptados para colocarse en barandillas de balcones, fachadas o directamente en estructuras diseñadas para ventanas.
Su objetivo no es cubrir la totalidad de la demanda energética de una vivienda, como ocurre con las instalaciones tradicionales de autoconsumo, sino reducir el consumo de red con una solución accesible y pensada para pisos.
Estas placas suelen tener potencias que oscilan entre los 200 W y 800 W, según el modelo, y se conectan directamente a la red de la vivienda mediante un microinversor. De esta forma, la energía generada se utiliza de manera inmediata en los consumos diarios, reduciendo el gasto eléctrico.
Estas soluciones, conocidas técnicamente como Vidrio Fotovoltaico Integrado (BIPV), utilizan principalmente dos tecnologías:
Su principio de funcionamiento se basa en ser semi-transparentes. Capturan longitudes de onda de luz no visibles (como ultravioleta e infrarrojo) mientras dejan pasar una parte de la luz visible, manteniendo la funcionalidad primaria de una ventana.
El funcionamiento de estas placas es similar al de cualquier sistema fotovoltaico, aunque a pequeña escala.
Es un proceso automático: tú no notas nada, simplemente ves cómo tu consumo de red disminuye y, con ello, tu factura de luz.
El ahorro dependerá de la potencia del sistema, la ubicación y el consumo del hogar. Por ejemplo, si instalas un kit de 400 W bien orientado puede generar unos 500 a 600 kWh al año.
Si tu factura eléctrica está en torno a 0,20 €/kWh, eso supone unos 100-120 € de ahorro anual. No es una cifra espectacular, pero sí ayuda a reducir costes de forma constante y, sobre todo, permite que muchas personas empiecen a familiarizarse con el autoconsumo solar.
Una de las grandes ventajas de las placas solares para ventanas es que, al considerarse kits de autoconsumo de baja potencia, no requieren proyectos técnicos complejos ni licencias de obra.
En la mayoría de los casos basta con comunicárselo al distribuidor eléctrico si se desea compensación de excedentes, aunque en sistemas pequeños normalmente no es necesario. Eso sí, si vives en una comunidad de vecinos, conviene revisar los estatutos por si hubiera restricciones estéticas en la fachada o el balcón.
Aunque ambas tecnologías se basan en lo mismo, hay diferencias claras entre las placas solares para ventanas y las instalaciones fotovoltaicas de tejado:
Su nicho actual no es el mercado residencial individual, sino proyectos con requisitos específicos:
Sí aún así, por elección propia o por limitaciones en tu edificio estás convencido a instalar placas solares para ventanas, debes saber que su auge no es casualidad:
Aunque interesantes, estas soluciones no están exentas de limitaciones:
Para cualquier persona o comunidad que busque maximizar el ahorro energético y obtener el mejor retorno de su inversión, la elección es clara:
En otras palabras, las placas solares para ventanas no vienen a sustituir a las instalaciones solares tradicionales, pero sí a complementarlas. Son una alternativa accesible, económica y sencilla para que los hogares urbanos también puedan aprovechar la energía del sol.
Más allá del ahorro, las placas solares para ventanas son una gran herramienta para avanzar hacia un modelo energético más sostenible en las ciudades. Al permitir que más viviendas se sumen al autoconsumo, incluso sin tejado propio, se reduce la demanda de energía fósil y se avanza hacia barrios más verdes y autosuficientes.
Además, son una puerta de entrada perfecta para quienes aún no conocen la energía solar: una inversión pequeña, sin complicaciones, y que demuestra de primera mano cómo el sol puede cubrir parte de las necesidades energéticas del hogar.
Entonces, ¿merecen la pena las placas solares en ventanas? La respuesta depende de tus expectativas. Si buscas un sistema completo para cubrir toda la electricidad de tu casa, no son la mejor opción. Pero si lo que quieres es reducir tu consumo de red, ahorrar un poco cada mes y empezar a apostar por la energía solar, las placas solares para ventanas pueden ser una excelente primera inversión.
En definitiva, si tienes un balcón, una terraza o una ventana con buena orientación, instalar placas solares para ventanas puede ser una manera práctica de empezar a generar tu propia electricidad y reducir tu factura. Y lo más importante: cada pequeño gesto suma en el camino hacia un modelo energético más limpio, sostenible y justo.
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Elena Fernández
Marketing Copywriter
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