La masiva demanda de ACS en aerotermia

En la mayoría de las viviendas, hoteles o instalaciones empresariales, el agua caliente sanitaria (ACS) representa una parte oculta pero muy significativa del consumo energético.

Y aunque muchas veces se piensa que la calefacción es el principal gasto, lo cierto es que en numerosos edificios el ACS puede llegar a superar el 40 % de la demanda térmica total, especialmente en climas templados o en instalaciones con uso intensivo de agua (como gimnasios, residencias o bloques de viviendas).

Con el auge de la aerotermia, surge una pregunta clave 👉 ¿cómo se gestiona esta enorme demanda de ACS sin comprometer la eficiencia global del sistema?

¿Por qué el ACS se ha convertido en el protagonista energético?

El uso de agua caliente se ha disparado por tres factores principales:

1. Mayor confort y hábitos de consumo. Duchas más largas, más puntos de uso y mayor disponibilidad instantánea.
   
   
2. Mejores aislamientos en edificios nuevos. Al necesitar menos energía para calefacción, el ACS pasa a ser el principal consumidor.
   
   
3. Normativas más exigentes. Reglamentos como el CTE o el RITE exigen temperaturas mínimas y acumulaciones más grandes, lo que implica mayor energía almacenada y pérdidas térmicas mayores si no se gestiona correctamente. De esto podrás saber más en "Normativas europeas y aerotermia"

En definitiva, aunque la aerotermia ha revolucionado la eficiencia, el ACS es el talón de Aquiles energético de muchos edificios modernos.

Cómo responde la aerotermia ante la alta demanda de ACS

La aerotermia produce ACS capturando energía del aire exterior y transfiriéndola al agua mediante un ciclo termodinámico de alta eficiencia.

Sin embargo, cuando la demanda es masiva —por ejemplo, en hoteles o viviendas con gran ocupación—, el sistema debe adaptarse a un patrón de consumo más complejo:

1. Picos de demanda simultánea (por la mañana o la noche).
2. Necesidad de recuperación rápida del depósito.
3. Mantenimiento de temperatura sanitaria (≥ 60 °C) para evitar legionela.
   
   

Esto exige una estrategia de diseño y control más avanzada que en el caso de la calefacción convencional.

Estrategias para optimizar la producción de ACS con aerotermia

1. Uso de acumuladores estratificados

Los depósitos de estratificación permiten separar capas de agua a distintas temperaturas, optimizando el rendimiento de la bomba de calor y reduciendo los ciclos de arranque.

Esto mejora la eficiencia y aumenta la vida útil del compresor.

2. Gestión inteligente de la demanda

Los sistemas más modernos integran control predictivo mediante algoritmos o IA, capaces de anticiparse al consumo (por ejemplo, calentar el depósito antes de las horas pico) o priorizar el ACS frente a la calefacción cuando sea necesario.

3. Hibridación con energía solar térmica o fotovoltaica

La combinación de aerotermia con paneles solares térmicos o fotovoltaicos permite precalentar el agua y reducir significativamente el consumo eléctrico.

En hoteles o gimnasios, esto puede representar un ahorro del 60 % en ACS anual.

4. Uso de bombas de calor de alta temperatura (HT)

Cuando se requiere ACS a más de 65 °C (por normativa sanitaria o uso industrial), las bombas de calor HT son la solución.

Alcanzan altas temperaturas sin resistencias eléctricas adicionales, evitando pérdidas de eficiencia.

5. Recuperación de calor residual

En entornos con procesos térmicos (cocinas, lavanderías, climatización de piscinas), la aerotermia puede aprovechar el calor sobrante para precalentar el agua sanitaria.

Esta integración reduce tanto el consumo como las emisiones globales del edificio.

Un ejemplo práctico: ACS en hotel con aerotermia

💡 El ahorro supera el 55 % en costes energéticos y reduce un 75 % las emisiones de CO₂, manteniendo la misma disponibilidad de ACS.

Retos técnicos del ACS en aerotermia

Aun con su enorme potencial, el ACS plantea varios desafíos que los instaladores y proyectistas deben considerar:

1. Dimensionar correctamente los acumuladores, evitando sobrecalentamientos y pérdidas.
2. Garantizar la temperatura antilegionela sin penalizar la eficiencia.
3. Asegurar tiempos de recuperación adecuados en horas punta.
4. Planificar el espacio técnico disponible, ya que el ACS requiere depósitos de cierto volumen.

En muchos casos, la solución pasa por un sistema híbrido o modular, capaz de escalar la producción en función de la demanda.

Conclusión

El agua caliente sanitaria ha pasado de ser un servicio complementario a convertirse en el epicentro de la eficiencia térmica en los edificios modernos.

La aerotermia ofrece una respuesta sólida, versátil y limpia para cubrir esta demanda masiva, siempre que el diseño del sistema contemple correctamente el almacenamiento, la gestión inteligente y la integración con otras fuentes de energía.

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